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Lalique presenta Encre Indigo, una variación de Encre Noire. Esta nueva fragancia toma el ADN de su hermano mayor: notas de vetiver en tonos especiados y amaderados. El aroma ofrece una "inmersión en toda una paleta de matices, desde el agua brillante y chispeante hasta la tinta más oscura".
La primera impresión es la de una ola especiada, basada en las notas ardientes de las bayas de enebro y la pimienta rosa, ligeramente suavizadas por la bergamota. Por momentos, la fragancia casi exhala matices alcanforados.
A continuación, la exaltada apertura se suaviza con esencia de té. Se utiliza un aceite esencial de té negro Jukro; una cosecha coreana con acentos confitados, como de cacao, cuyos tonos aterciopelados, más comedidos, contrastan con las notas de salida.
Me parece percibir una faceta de incienso que sostiene la dimensión mineral y amaderada de la fragancia. El azafrán -el llamado oro rojo, un guiño al tema del color- amplía el marco especiado sin que sus potentes notas dominen el conjunto. Sus matices coriáceos y ligeramente amielados, que me recuerdan a un acabado moaré, se prestan perfectamente al juego de luces del perfume. También percibo un ligero efecto de tabaco, que se mezcla con el efecto confitado del té.
baya de enebro, pimienta rosa y bergamota
té negro, azafrán y hoja de laurel
vetiver de Madagascar, pachulí y ámbar gris.
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